¿Conoces la fórmula 55/38/7?
Primera evidencia científica. El primer estudio:
Es hora de poner al día estas cifras y coincidiendo con Aaron Gardner, Director de la Emotional Intelligence Academy y miembro del Paul Ekman group, te diré que estas cifras están sacadas fuera del contexto original ya que se desarrollaron para un experimento científico concreto y si no estamos bajo las variables en las que se desarrolló este experimento, las cifras esta famosa fórmula simplemente no sirven.
El estudio al que hago referencia fue desarrollado por Albert Mehrabian quien llegó a estas cifras pero sólo, cuando un comunicador, está hablando sobre sus sentimientos y actitudes.
Con esto, lo que quiero decir, es que no podemos hacer estas generalizaciones, como frecuentemente se hace, y se asocien estas cifras a cualquier tipo de comunicación. Y como dice Mehrabian:
“A menos que un comunicador esté hablando de sus sentimientos o actitudes, esta fórmula no se puede aplicar”
Segunda evidencia científica. Segundo estudio:
Os hablo ahora de uno de los estudios más fascinantes que ha día de hoy se han realizado. Nancy Etcoff, en uno de sus estudios sobre la precisión a la hora de detectar mentiras, quiso determinar cómo influía el contenido de lo que una persona dice.
Para ello hizo un experimento con tres grupos.
El primer grupo, estaba formado por personas con afasia, es decir, personas con un trastorno cerebral caracterizado por la incapacidad o dificultad de comunicarse mediante el habla, con lo que tenían mermadas su habilidad cerebral de comprender las palabras. Estas personas contaban con daños en su hemisferio izquierdo qué es el que está asociado con el lenguaje.
El segundo grupo eran personas que tenían lesiones en el hemisferio derecho pero podían comprender las palabras ya que este hemisferio no está asociado al lenguaje.
Finalmente el tercer grupo eran participantes sanos.
El experimento consistió en mostrar a los tres grupos videos de personas hablando. En estos videos las personas decían la verdad pero en otras ocasiones decían una mentira, con lo que tenían que determinar si decían la verdad o no.
Los resultados que se consiguieron fueron los siguientes:
Las personas con afasia, aquellas que no podían procesar las palabras que decían las personas, fueron significativamente mejores que los otros dos grupos.
De este segundo estudio se deduce que nuestra comunicación claramente se determina mejor a través de nuestras acciones que a través de nuestras palabras.

Conclusiones: uniendo los dos estudios
Como conclusión a estos dos estudios, el de Mehrabian y el de Etcoff, te diré que aunque no podemos cuantificar de manera genérica el peso del lenguaje no verbal tal y como definió Mehrabian, este lenguaje no verbal es muchísimo más importante y significativo qué el contenido de las propias palabras. No sabemos si será un 50%, un 70% o un 90% pero sí que es muy elevado.
Y esto me lleva a nuestra especialización como Sinergólogo. Tener estos conocimientos en el comportamiento no verbal (desde nuestra visión sinergológica que comentaba en el primer párrafo) y si los aplicas en tu día a día en las reuniones con tus clientes, negociando con tus proveedores, etc, vas a dar un salto cualitativo en tu desarrollo personal y profesional, y esas nuevas competencias van a hacer que te distingas de los demás, siendo una persona de éxito.
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